D-GENERACION, Tragedia Urbana
Se inspira en las semejanzas que guardamos con la época isabelina, Tito Andrónico de Shakespeare es la excusa que pone a prueba los límites y la ironía burguesa de personajes que sin duda podrían ser vecinos o familiares resentidos.
Un amor no correspondido desata la indignación y venganza, Lucrecia finje haber sido violada por su novio al enterarse que éste no la ama. Su familia venga su honor dando muerte al supuesto agresor, esto provoca la furia de sus hermanos, quienes enlutados, inician una seguidilla de violencia entrelazada de cotidianeidad.
Con vileza y mezquindad se aclara el panorama, los motivos para reproducir venganzas se van perdiendo entre ambiciones personales. Los actores siempre en escena -aunque no les corresponda actuar- me distanciaron e hicieron de la representación un lugar para examinar la perfidia contemporánea.
El final para el público es shakespiriano, habrá que extirpar lo maligno de nuestra herencia, mas no sea simbólicamente, o comérnosla... con peligro de no metaforizar.
Jorge Sandoval
Viendo teatro
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